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| Ricardo Diez
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CLARIN, domingo 27 de febrero de 2005 "Ella está en el cielo y nos cuida"  -------------------------------------------------- Cuando el 30 de diciembre pasado María Isabel volvió de su trabajo, sus hijos Florencia (23), Federico (21), Pablo (20), Lucía (15) y Laura (12) ya habían salido hacia Cromañón a ver al grupo Callejeros. Unas horas después, tres de ellos estaban internados, una de gravedad; la más chiquita había fallecido. María Isabel —una católica practicante y catequista— dice ahora que "gracias a la fe en Dios" pudo asumir una situación tan terrible. Rodeada de toda su familia, recibió a VALORES RELIGIOSOS para contar cómo afrontó su durísimo trance desde la fe. "Antes de que esto pasara —cuenta— nunca pensé que podría superar la muerte de un hijo. Ahora creo que Dios me dio la fuerza para poder soportarlo. Por supuesto que el dolor de la pérdida es permanente pero no estoy deprimida ni abatida; me levanto, voy a trabajar, la vida continúa. Además estoy convencida de que ese día hubo cuatro milagros, porque mis otros hijos también estaban allí y Dios hizo que se salvaran, especialmente Florencia que es la que estuvo más grave. Que ella esté bien ahora es porque Dios así lo quiso". Con todo admite que no le resultó fácil retomar la actividad. "Cuando llegó el día en que debía retomar las clases de catequesis no estaba convencida de ir. Finalmente, me dije que los chicos me esperaban, que no podían dejarlos solos", cuenta. "Laurita hubiera querido que fuera", añade. ¿Cree que hay un destino para cada persona? Soy una convencida de que venimos a este mundo con una misión que Dios nos dio y después es nuestra la decisión de que se cumpla. Tal vez nos regaló a Laurita para que estuviera con nosotros 12 años hermosos en que nos llenó de amor. Era una nena especial, siempre estaba contenta. Dios me dio la fuerza para poder soportarlo. También el padre Alberto, de la parroquia Santa Rosa, donde asistimos, la veía como un ser especial; cuando le avisaron que Laura había fallecido le dijeron: "Padre, su angelito se fue al Cielo". ¿En qué cosas se apoya para superar esto? En primer lugar en la fe; hablamos con el sacerdote. En nuestra familia, que somos muy unidos. En los amigos, gente que por ahí no la conocía tan afectuosa y que llaman a cada rato. También en la oración. Cuando me enteré de que Laura había muerto no había encontrado todavía a Florencia y lo único que hacía toda la familia era rezar. Una amiga me regaló la oración de San Agustín que fue de mucho consuelo. A partir de ahí el padre Alberto la puso en Santa Rosa junto al nombre de todos los fallecidos e imprimió la imagen del Cristo orante que está puesta en Cromañón con esa oración al dorso. ¿En algún momento pensó que Dios fue injusto? Siempre encomendaba los chicos a Dios y los sentía cuidados y protegidos por El. Entonces cuando me enteré de que Laura había muerto dije: "Dios mío ¿por qué le pasó esto a ella que era una nena inocente, por qué no la cuidaste?". Fue sólo un primer momento de rebeldía que no duró más que eso. Ahora creo que ella está en el Cielo y que nos cuida a todos desde allá. ¿Por qué Dios permite que le pase esto a gente inocente? Creo que a veces es una manera de llamarnos la atención, que hay cosas que no están yendo por el camino correcto. A veces no se entienden. A lo mejor hay cosas que reparar en el mundo a las que no se les da importancia hasta que pasan estas tragedias. Siempre hay alguien que tiene que sacrificarse y esta vez le tocó a estos chicos.«P |