Ricardo Diez
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| | Enviado jueves, 10 de marzo, 2005 - 04:47 am: | |
CLARIN, jueves 10 de marzo de 2005
Cromañón: fijan pautas para tratar el caso en las escuelas porteñas
Proponen debates entre especialistas, profesores, alumnos, padres y centros estudiantiles. Facilitarán la escolaridad de los chicos afectados y contemplan la posibilidad de que no rindan exámenes pendientes.
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Alejandra Toronchik.
atoronchik@clarin.com
La semana que viene, Cromañón irá a la escuela. O, mejor dicho, su recuerdo: la carga de miedo que dejó, el dolor por los amigos muertos y la convalecencia de los heridos acompañarán la vuelta a clase de los estudiantes secundarios.
Para enfrentar esta situación, la Secretaría de Educación de la Ciudad decidió crear el Programa de Atención Integral a las Víctimas del 30 de diciembre. Y que con la consigna de hacerle lugar al tema, ordenó a las escuelas la organización de debates, realización de murales, o discusiones con especialistas, entre los profesores, los jóvenes, los centros de estudiantes y los padres. "No podemos ocuparnos de lo que dejó Cromañón hablando sólo de la infraestructura edilicia de las escuelas", explicó a Clarín Roxana Perazza, Secretaria de Educación porteña. Una serie de debates que prometen no limitarse a incendios y recitales de rock. "Vivimos una sociedad donde la muerte de los jóvenes se toma como algo demasiado natural. Tenemos que hablar de las situaciones de riesgo que viven los jóvenes todos los días: adicciones, uso de armas, embarazo adolescente", agregó.
Como parte de la asistencia profesional y orientación que las escuelas recibirán para enfrentar este desafío, ayer, todos los directores de secundaria de la ciudad participaron de una jornada con la psicoanalista Silvia Bleichmar, especialista en situaciones de desastre (ver Debemos...).
La Secretaría también dispuso otras medidas de tipo administrativo, con el fin de destrabar cualquier situación que dificulte la escolaridad de los jóvenes. De hecho, los directores podrán decidir que los chicos afectados no rindan hasta dos exámenes pendientes y puedan seguir cursando normalmente sus estudios. También se considerarán los horarios de tratamiento médico o psicológico de los chicos. Y se trabajó con la secretaría de Salud y la subsecretaría de Derechos Humanos, con el fin de "aceitar" al máximo la atención de los jóvenes afectados.
Este conjunto de medidas será, en rigor, una manera de oficializar el trabajo que comenzó silenciosamente en unas treinta escuelas, durante enero y febrero. "Muchos profesores empezaron a llamar a las casas de sus alumnos, a medida que salían nombres en los diarios. Y también hubo chicos que se acercaron a las escuelas, pidiendo ayuda", cuenta Flavia Terigi, Subsecretaria de Educación de la Ciudad.
"Yo iba sintiendo una tremenda desesperación, y al ir reconociendo nombres y apellidos empezamos a llamarnos entre los profesores. Paralelamente, un alumno que había estado en Cromañón llamó a la escuela pidiendo ayuda —relata Graciela Uequin, rectora de la escuela Fernando Fader—. Y ahí empezó nuestro trabajo de ayudarlo a reincorporarse lo más normalmente a la escuela, ya que ese es su deseo. Tenemos una indicación clara: cuando quiera hablar estaremos para escucharlo. Pero también respetaremos su silencio. Nosotros vamos a generar debates sobre el tema sin necesidad de exponerlo. Ningún chico tiene que ser convertido en objeto de exhibición". |