Ricardo Diez
Username: Ricardodiez
Registrado: 1-2005
| Enviado martes, 07 de junio, 2005 - 09:32 am: | |
CLARIN, martes 7 de junio de 2005 Ibarra asegura que operan en su contra, pero no desde el Gobierno Afirmó que algunos sectores, a los que no mencionó, quieren "cargarse" su gestión. Fue en respuesta a una denuncia de Macri. El dirigente opositor dijo que apoya a las instituciones porteñas, pero no a Ibarra. -------------------------------------------------- Marcelo Helfgot. mhelfgot@clarin.com Acosado por una sensación de aislamiento político, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, aseguró ayer que existen "operaciones" desde distintos sectores para desestabilizar su gestión, pero dejó fuera de toda sospecha al presidente Néstor Kirchner. Sin mencionar a los responsables, Ibarra dijo que hay quienes quieren "cargarse" su gobierno. De ese modo, el jefe porteño salió a despegar al Gobierno frente al ataque que le dirigió el macrismo. El domingo, el partido de Mauricio Macri hizo una declaración acusando a Kirchner —al igual que a Elisa Carrió—, de haber promovido versiones sobre el posible desplazamiento de Ibarra, ya sea por la intervención del distrito o mediante presiones para que renuncie. En el texto, los macristas avalaron "la continuidad institucional" en la Ciudad. Y buscaron, en un clima de inicio de campaña electoral, cargar sobre los hombros de sus principales rivales en octubre, el Gobierno y la líder del ARI, la responsabilidad de haber sido socios del jefe porteño cuando obtuvo la reelección, hace dos años, derrotando a Macri. Deliberadamente, Ibarra buscó hacer un gesto para acortar las distancias que lo fueron separando últimamente de Kirchner, su sostén principal a partir del fuerte deterioro político que le provocó la tragedia de Cromañón, que investiga la Justicia. "Si fuera del Gobierno nacional yo sería el primero en denunciarlo, porque son cosas con las que no se juegan. En ningún momento lo sentí así", dijo, en relación a las supuestas operaciones para desestabilizarlo. De todos modos, Ibarra también hizo un reconocimiento de que el antiguo romance con el Presidente está lejos de recomponerse. Cuando le preguntaron como andan sus relaciones con el Gobierno, se limitó a decir que "institucionalmente están bien". Las versiones sobre el intento del oficialismo de despegarse electoralmente de Ibarra fueron creciendo en las últimas semanas y se alimentaron con gestos públicos de Kirchner que mostraban un enfriamiento de su relación con el jefe porteño. Simultáneamente, circularon rumores —algunos generados desde adentro de la Casa Rosada— sobre posibles mecanismos para reemplazar a Ibarra. Ibarra fracasó en su intento de relegitimarse mediante un referendo y tiene que esperar una resolución judicial sobre los pedidos de procesamiento que formularon en su contra algunos de los familiares de las víctimas de Cromañón. En la causa están procesados varios ex funcionarios porteños. Voceros oficiales del ibarrismo, consultados por Clarín, admitieron ayer directamente la imposibilidad de reunir las más de 500 mil firmas necesarias para convocar al referendo. Solo habrían alcanzado 300 mil. En cambio, aseguraron que ahora el jefe porteño evalúa llamar a una consulta popular, que no es obligatoria ni vinculante, a diferencia del referendo. Además, agregaron que Ibarra tomará el consejo de Kirchner de reforzar su gestión, pero sin dejar de lado su intervención directa en las elecciones de octubre, donde se eligen legisladores nacionales y locales. Funcionarios ibarristas analizan participar solo en las listas de diputados de la Ciudad, pero no se definen entre forzar una alianza con el kirchnerismo —sector que pretende desalentarla— o con el socialismo, la otra pata del acuerdo original que está participando con cargos en el gobierno porteño. Si opta por un frente de centroizquierda, el ibarrismo debería confrontar con los candidatos de Kirchner. "No esperen que renuncie", había repetido Ibarra el fin de semana, desafiando al resto de los actores del escenario político porteño. Fue a la vuelta del periplo de una semana por España y Francia, período en el que las dudas sobre su continuidad invadieron los ámbitos políticos en Buenos Aires. Dentro del oficialismo, algunos de esos rumores conducían hacia Daniel Scioli. Sin embargo, ayer el propio Ibarra descartó que el vicepresidente forme parte de alguna conspiración en su contra. "Me llamó por teléfono para asegurarme de que no participaba de esas operaciones", relató. Ibarra también dejó fuera de sospecha a Macri, tras destacar el apoyo que le dio su partido para que se mantenga en el cargo. "Esta declaración, en cuanto a la defensa de la institucionalidad me parece importante", afirmó. Y exhortó a que "otros sectores digan públicamente si piensan lo mismo". El que descreyó de las buenas intenciones de Macri fue el secretario de Insfraestructura de la Ciudad, Roberto Feletti. El funcionario, de reciente acercamiento al kirchnerismo, calificó de "irónico" que sea "la derecha lliberal la que defiende las instituciones, cuando históricamente no ha tenido otro interés que el que rige el mercado". Por su lado, Macri dedicó parte del día de ayer a aclarar que su apoyo es "a la continuidad institucional" en la Ciudad y "no a la gestión de Ibarra". |