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Ricardo Diez
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Enviado martes, 26 de julio, 2005 - 07:05 am:   

NOTICIAS URBANAS

Milcíades Peña: "Está claro que no sirve el mal menor"

Perdió a su ahijado de 13 años en la tragedia de Cromañón y eso modificó su vida. Pasó de ser un aliado político del jefe de Gobierno a ser uno de sus mayores opositores. Es el vicepresidente de la Comisión Investigadora de Cromañón. Cuáles son sus expectativas con respecto al dictamen que la Comisión dará a conocer el próximo viernes

Por Alejandra Lazo

Los medios de comunicación recabaron en él a los pocos días de la tragedia que sacudió al país por ser el padrino de una de las 195 víctimas del incendio ocurrido el pasado 30 de diciembre en República Cromañón, Lautaro Blanco, de tan sólo 13 años. Desde ese momento, su vida cambió totalmente.

Milcíades Peña pasó de ser un diputado de la Ciudad, miembro de un espacio aliado políticamente al jefe de Gobierno, a ser uno de sus mayores opositores y el vicepresidente de la Comisión Investigadora de Cromañón. Criticado por muchos y defendido otros tantos, aseguró en diálogo con NOTICIAS URBANAS que "Cromañón marcó un punto de inflexión" en su vida.

Peña explicó: "Me cayeron muchas fichas y tiene que ver con la teoría del mal menor. Está claro que no sirve. Que uno puede buscar, ver la coyuntura, pero el desafío no es construir algo menos malo. Cuando nosotros escribimos discursos es regla no poner frases como 'para construir una patria más justa' o 'más solidaria'. Porque es una patria justa, o no lo es. No hay un poco más de justicia social, eso es injusticia. No sirve llegar al poder de cualquier manera, a cualquier precio".

NU: ¿Cómo puede calificar el trabajo que llevó adelante la Comisión Investigadora?
MP: Fue muy intenso y muy serio, con mucho respeto entre los integrantes de la Comisión. Se respetaron las hipótesis de investigación que cada uno de los integrantes tenía, no hubo objeciones hacia los testigos que se plantearon porque cada testimonio tiene que ver con una hipótesis de trabajo. En este sentido, no había un acuerdo previo de los diputados, cada tenía su propia mirada del tema. Lo que siento con la Comisión Investigadora es una gran satisfacción, porque se pudo trabajar más allá de todo el escepticismo que había. Cuando hablo de escepticismo, también lo hubo de mi parte porque si bien presenté un proyecto para crear la Comisión, no estaba convencido de que pudiera funcionar. Lo que me llevó a ser parte de la Comisión, es una discusión que tuvimos dentro del grupo y que tiene que ver con la coherencia del discurso que veníamos teniendo que hablaba de la defensa de la política como herramienta de transformación y de la defensa del Estado. En ese sentido, una comisión investigadora es una herramienta constitucional que, lamentablemente, siempre ha sido utilizada en perjuicio de la sociedad. Por eso, si nosotros teníamos ese discurso lo coherente era participar y pelear por recuperar esa herramienta. Con el correr de los días, y por el funcionamiento abierto y transparente que tuvo la Comisión tanto con los familiares, con los asesores y con los medios de comunicación, quedó demostrado que se puede trabajar meticulosamente y seriamente.

NU: Fueron varios los diputados que propusieron la conformación de una Comisión Investigadora y casualmente fueron los primeros en renunciar. ¿A qué se lo atribuye? ¿Querían que la Comisión fracasara?
MP: En algunos casos sí, y otros casos no. Para mí es medio injustificable que se hayan ido de la Comisión. En el caso de Norberto La Porta fue uno de los primeros en presentar el proyecto, y no estaba él en la Comisión. No sé si tiene relación directa el haber presentado un proyecto, y estar en la Comisión. En algunos casos, puede haber sido que hayan presentado una iniciativa como para justificar que no hayan votado a favor de la interpelación. No estoy en la cabeza de los diputados para saber si su intención fue obstaculizar el funcionamiento de la Comisión, pero sí debo decir que su accionar dejó muy en el filo la posibilidad de que no pudiera trabajar. Con la renuncia de un diputado más, no había Comisión y eso hubiera sido tristísimo.

NU: ¿Considera que esa posibilidad haya sido manejada por algunos diputados?
MP: Puede ser, pero no es una discusión que me interese. Cada uno tiene que hacerse cargo de sus actos y no es para especular. Nosotros desde el primer momento dijimos que queríamos investigar, que queríamos ir a fondo con esto. Si no se hubiera armado la Comisión Investigadora, yo hubiera realizado prácticamente la misma tarea. Me hubiera remitido a la Justicia como, de hecho, lo hice. La primera declaración testimonial en la causa por asociación ilícita fue la mía, estuve más de diez horas declarando. El compromiso por llevar a la verdad lo antes posible lo tenía y lo tengo, más allá de la Comisión Investigadora. No quiero caer en hablar de cuál eran las especulaciones de los otros, sí hubo una cantidad de movidas políticas indudablemente vinculadas a ese esquema. Me parece un grave error de muchos diputados de haber antepuesto la ecuación político-partidario, que fue lo que le pasó a Aníbal Ibarra. Si todo hubiese funcionado con más naturalidad, con una visión humana y no con la mente del animal político. Ante una situación de esta magnitud, no había lugar para la especulación. Se murieron casi dos centenares de personas, es evidente que hubo algún tipo de falla en el funcionamiento de algún sector. No es que chocaron dos colectivos en una esquina donde funcionaban los semáforos. Me pareció tan desubicado, tan desatinado y lo dije durante la sesión del 7 de enero. No se puede especular políticamente con esta tragedia, porque la gente no va a pasar por encima y, si es así, ojalá pase.

NU: Pero a usted lo acusan de especular políticamente con las 195 víctimas…
MP: Sí, porque la política está llena de mal paridos, de atorrantes, de miserables, de mezquinos… ¿Viste que se dice que el ladrón cree todos son de su condición? Yo he descubierto que los mal paridos, los atorrantes y los miserables también creen todos son de su condición. Pero es una lógica totalmente distinta. Política están haciendo todos los que especulan, los que no mandan pruebas, los que no concurren a reuniones. Que si se cae éste, viene aquel. ¿Yo que tenía que hacer? ¿Haberme el distraído? Como entré por una lista que acompañó a Ibarra y estoy en el mismo sector político que él, me tendría que haber hecho el distraído. ¿Ibarra con su acción o inacción genera una situación en la que mueren casi 200 personas y yo me tengo que transformar en cómplice?. Yo hago política hace muchos años, mucho tiempo antes de Cromañón. En algún momento me despegué de la política partidaria, pero siempre pensé a la comunicación en función de lo social. Yo todo el tiempo hago política, y cuando lo critico a Ibarra lo hago desde la política. La principal imputación que yo le hago, es que él direccionó el accionar del Estado en beneficio de los grupos empresarios en vez de hacerlo en beneficio de los sectores populares, y esto es absolutamente político.

NU: Pero hasta que se produjo la tragedia de Cromañón, ¿usted seguía apoyando el Gobierno de Ibarra?
MP: Sí…
NU: ¿Y qué pasó? ¿Eso le abrió los ojos?
MP: Totalmente. Yo en año 2000 no voté a Ibarra. Nos presentamos con Irma Roy como candidata y no lo voté. Yo vengo desde la génesis del Frente Grande, estuve afiliado al MODEJUSO hasta hace un par de años que me afilié a Gesta, ahora yo en el 95 dejé de militar en ese espacio porque no creí más. Con la Alianza no tuve nada que ver, no la compré. Además, yo soy peronista, banco a algunos sectores del progresismo y de la centroizquierda. En ese sentido, te puedo decir que muchas de las mejores cosas que se han hecho en este país las hizo el peronismo, y muchas de las peores, también. Ahora, en el 2000 no lo voté a Ibarra. El primer gobierno de Ibarra tuvo mucho en el debe, tal es así que nosotros empezamos a desarrollar la candidatura de Rafael Bielsa a jefe de Gobierno. Después, por circunstancias de la política, ante la polarización entre el ibarrismo y el macrismo, la opción fue muy clara. Además, yo aposté a Néstor Kirchner allá por el 2000, participé de esa experiencia, integré sus equipos técnicos. O sea, el presidente decidió estar ahí en la pelea contra Mauricio Macri, me pareció justo y necesario apostar a Aníbal Ibarra. No era lo que pretendíamos pero, ante los hechos consumados, había que optar. Durante todo el 2004, yo intenté un acercamiento al ibarrismo. No tengo amistad con Aníbal ni nada, pero por esa lógica de la disputa con el macrismo mantuve esa línea de apoyo al gobierno, bajo una teoría que después me aparece como equivocada que es la del mal menor. Esta teoría puede ser entendida y aceptada en la medida de que no pase nada, ahora cuando tenés una señal tan fuerte y clara como Cromañón, ¿qué actitud tomás al respecto?

EL DOLOR

NU: ¿Y qué actitud tomó el 30 de diciembre?
MP: A la madrugada fui a Defensa Civil, estuvo con Ibarra y con Alfredo Stern. Incluso cuando él se fue, le dije que en lo que pudiera colaborar yo iba a estar. El 1 de enero mientras esperaba que me dieran el cuerpo de Lautaro en la morgue, con todo el maltrato que implicó eso, me llama Laura Moresi para tener una reunión en el bar La Paz con ella, Alicia Caruso y Diego Kravetz, que estuvo conmigo todo el sábado. Me preguntaron cuál era mi opinión y yo les dije lo que pensaba y sugerí algunos pasos a seguir. Lo primero que hice fue preguntarles si estaban seguros de que no tenían nada que ver o creían que tenían alguna responsabilidad. Si no tenían nada que ver, les dije: "No le tocan el pelo a nadie y hay que salir a bancar esto". De lo contrario, sugerí que lo que había que hacer era pedirle la renuncia a todo el Gabinete, que Aníbal las tuviera y convocara a una conferencia de prensa para el domingo a la noche en la que anunciara a quién se la aceptaba y a quién no, y que diera un paquete de medidas. Y el lunes a más tardar, que fuera a la Legislatura para reunirse con los presidentes de los bloques. Hablaron con Raúl Fernández y le contaron todo. Yo todo esto en medio del lío, son situaciones en las que estás entre aturdido y lúcido. A todo esto, sugerí un montón de otras cosas que eran producto de una percepción más cercana a lo que le pasaba a la gente afuera que a los que estaban en esa oficina que era todo el equipo de seguridad y de prensa, quienes también estaban aturdidos pero con una lógica política terrible. Finalmente, nada de lo que yo propuse se hizo. Está bien, no tenía por qué haberse generado en esa secuencia. Lo que no pudo haber sucedido nunca es que la primera aparición pública de Aníbal fuera con los empresarios de los boliches. Cuando lo vi ahí se me voló la cabeza. Hasta ese momento no había hecho declaraciones en los medios. No hablé hasta el viernes 7 a la tarde que me agarra una periodista cuando estaba por entrar al recinto…
NU: Sí, me consta…
MP: No quería hablar porque estaba destruido y porque me preocupada cómo se pudiera utilizar mis declaraciones. Es más, me borré dos días porque no quería sumarme al amarillismo. Pero me puse loco cuando empezaron a operar en contra de la interpelación porque me parecía algo imprescindible. Ni siquiera yo lo había pensado en esos términos, porque consideraba que Ibarra tenía que venir a la Legislatura espontáneamente. Me empezaron a llamar algunos legisladores hablando del golpe institucional y a mí me estalló la cabeza. Porque si alguien estuvo especulando políticamente todo el tiempo fue, en primer lugar, el ibarrismo. Quizás yo hubiera hecho lo mismo, quizá la lógica desde el ejercicio del poder sea esa, pero no es mí lógica, ni tiene por qué serla. Lo más llamativo, es que no es la lógica del conjunto de la gente. No sé cuál haya sido la lógica del macrismo, porque nunca tuve contacto con ellos y por eso no me consta nada de lo que se dijo. Además, con total objetividad, fue un error político descomunal. Todo el desgaste que tuvo Ibarra en gran medida tuvo que ver con ese acto de cobardía que tuvo reiteradamente a partir del 30 de diciembre. Entonces, eso fue lo que me hizo cambiar la mirada.

NU: Y eso lo hizo comenzar a investigar...
MP: Luego de mi primer discurso, que estuvo cargado de emotividad y hablaba de recuperar el rol del Estado, me empezó a llover información. Me llenaron de papeles, llamados y pruebas. Una cosa es criticar a un Gobierno por ser ineficiente o sospechar que hay actos de corrupción, y otra cosa es descubrir toda una estructura puesta en beneficio de un grupo político. Que si no pasa nada, es un acto delictual judiciable, ahora si muere la cantidad de personas que murió, no se puede justificar y menos desde el lugar político donde uno está parado. Yo estoy en la misma ancha vereda que está Ibarra, y hay cosas que son insoslayables. Para la centroizquierda la defensa del rol del Estado es algo innegociable. Después podemos tener un debate sobre el estado actual de la sociedad, la pérdida de valores y que los emergentes expresan generalmente esos desvalores; pero no es la misma responsabilidad política la del vecino que está en la puerta de su casa que la del dirigente barrial, que la del diputado, que la del secretario de Estado, que la del jefe de Gobierno. Nosotros elegimos la política, y si te equivocás te tenés que hacer cargo y no hay nada que pueda justificarlo.

NU: ¿Cromañón podría haber ocurrido en cualquier otro lugar del país?
MP: Es posible, no lo sé, no me consta. Podría haber pasado en otro lugar de la Ciudad de Buenos Aires y eso tiene que ver con qué se hizo con el poder de policía. En cualquier otro lugar del país no sé si pasa lo mismo. Quizás podría haber pasado pero por otras causas, igual eso a mí no me alcanza. Estaríamos dando la misma pelea con las herramientas que tenemos. Acá a mí me toca ser legislador y tengo la mala suerte que justo es un año electoral. Ahora bien, ¿yo que hago? ¿Me abstraigo porque van a decir que estoy especulando? Desde que soy infante estoy metido en la política, y a partir de que en el sorteo me tocaron dos años de mandato empecé a imaginar la posibilidad de reelegir, de construir un espacio político, y eso no varió en lo más mínimo. Como me tocó tener un perfil alto en esto por las circunstancias de la vida, ¿me tengo que callar y todo lo que hago es especular políticamente? A mí que me expliquen si no especularon los que votaron en contra de la interpelación…

NU: Una de las cosas que se dijeron en torno a su intervención del 7 de enero es que había preparado su discurso con un asesor de imagen…
MP: Los que dicen eso son unos hijos de puta capaces de hacerlo. Todo lo que yo dije es verdad, están las pruebas. Varios de los que yo mencioné en mi discurso, terminaron siendo procesados por la Justicia tres meses después. El propio Ibarra me dijo que sabía que no mentía pero que estaba confundido. Me han amenazado, me han intervenido los teléfonos… Ibarra conocía gran parte del contenido de mi discurso, y eso que lo terminé de escribir a las cinco de la tarde del primer día en que vino a la Legislatura. La prueba es muy sencilla: Ibarra tenía carpetas con las respuestas a varias de las cosas en las que yo venía trabajando. Incluso, el día de la supuesta interpelación Ibarra pidió permiso para ir al baño justo cuando me tocaba hablar a mí. Fue el único momento en el que tuvo un rapto de cistitis porque después se pasó no sé cuantas horas ese día y el martes siguiente sin levantarse. Fue a buscar las carpetas para contestarme.

NU: Las pruebas que le llegaron previamente a comenzar el trabajo de la Comisión Investigadora, ¿no lo van a condicionar a la hora de las conclusiones? ¿Milcíades Peña ya tiene hecho su dictamen de antemano?
MP: Para nada. Aparte, a mí me han criticado terriblemente desde la izquierda por no haber pedido la renuncia de Ibarra. La verdad es que no sé si tiene que renunciar, porque si hubiera estado convencido de eso se la hubiera pedido. Todos esos datos que tenía los volqué en la Justicia y en la Comisión Investigadora, convocando a todas las personas más confiables y más creíbles para que bajo juramento y frente a otros diputados repitieran todo lo que me habían contado.

NU: ¿Por eso es que no compartió su declaración en la Justicia con sus colegas? ¿No es para, luego, llevarse el crédito con algo superador al dictamen?
MP: Estoy cansado de la miseria en la política. Cualquiera que haya estado en las reuniones de la Comisión ha podido ver como mis asesores compartieron información con todos y como iban y venían ayudando, si era necesario, a otros legisladores. Hay hechos que sirven más a la Justicia que a la Comisión Investigadora. Hay hechos relacionados con la asociación ilícita que no tienen que ver con lo que tiene que investigar la Comisión, y creo que no es útil cargar de ese tipo de información siendo que no se puede avanzar en ese sentido.

NU: ¿En ningún momento se le hizo pesado ser juez y parte? Haber perdido un ahijado en la tragedia, y estar encargado de investigar qué pasó, cómo y por qué…
MP: A mí el caso en sí mismo me ha causado un dolor muy profundo, un desgarro que me va a acompañar toda la vida. Pero aparte de eso, soy diputado. Sí, en general, en las audiencias con los familiares intenté no estar porque fui a la primera y terminé hecho puré. Pero esto es como suponer que vos escribís de determinado modo porque tenés cierta pauta publicitaria. Obviamente, si tenés información sobre algo jodido que involucra al Gobierno de la Ciudad, lo vas a chequear tres veces más que cualquier otro tipo de información. Pero si chequeás y es verdad, avanzás. En otra dimensión, acá pasa lo mismo. Yo no voy a forzar ni voy a inventar nada, porque no sirve de nada. Si las pruebas no existen, no existen. Lo que sí yo tengo un plus que no tienen los demás y es que yo estuve ahí. Entonces a mí no me la pueden contar, vi tanto cosas buenas como malas. Pero no tengo ánimo de venganza. No lo hacen los padres, lo voy a hacer yo. Porque te aclaro que el dolor que tengo yo, es muy, pero muy inferior al que tienen los padres. Yo a Lautaro lo amo, pero no comía y dormía todos los días en mi casa. El hueco en la mesa no lo vivo yo, sino que lo vive Pablo y Meche. Esa ausencia pesa y yo no la vivo todos los días.

LA POLÍTICA

NU: Usted se define como kirchnerista. ¿Cómo ve la posición que mantiene el Gobierno Nacional frente al gobierno de Ibarra y a Cromañón?
MP: Hay un nivel de atención al tema de la gobernabilidad y de la institucionalidad. Están lejos de este tema en algunos sectores. Hay algunos que hacen una lectura condicionada, que están teniendo algún tipo de relación con dirigentes del Gobierno de la Ciudad que les condiciona el análisis. Me parece que el concepto de defender la institucionalidad lo que más cerca lo pone de no respetarlo es defender a un dirigente como dé lugar. Porque yo no le tengo ningún miedo al funcionamiento de las instituciones en la Ciudad. Supongamos que el 4 de enero, Ibarra hubiera renunciado, ¿se acababa la Ciudad? Imaginemos que se sustancie el juicio político a Ibarra, ¿se termina todo? La verdad es que yo no creo eso, ni tampoco considero que eso sea causal que un espacio político llegue al Gobierno en desmedro del otro. Podría ser o no, pero el problema es que ponés en riego las instituciones cuando no dejás que funcionen los mecanismos institucionales. La Justicia tiene que cumplir su rol, el Poder Legislativo tiene que cumplir su rol. Vos no podés gobernar o consolidar tu poder con la amenaza de que ahí viene el cuco…

NU: ¿El cuco sería, en este caso, Mauricio Macri?
MP: Macri, Ricardo López Murphy, la derecha. Yo estoy a la izquierda del escenario, y estamos bien, estamos saliendo pero si se cae este viene la derecha y con la derecha todas las pestes del universo. Tengo una definición muy clara de la derecha y de cómo Macri se enriqueció del Estado, pero eso es harina de otro costal. Y si la sociedad decide que esa es la persona que eligen para gobernarlos, daré la pelea desde el lugar en que me toque estar. Trataré de evitar eso, de la misma manera que milité en contra del menemismo, de la dictadura militar. Ahora, yo no voy a permitir desde el apañamiento, desde la ilegalidad a algunos tipos so pretexto de que se viene el cuco. Y creo que algunos funcionarios del Gobierno nacional no encuentran unir el discurso con la realidad. Porque estoy absolutamente convencido que el discurso que tiene el presidente, la línea que baja y su gestión está totalmente en alineada con lo que estoy diciendo y haciendo yo. Soy consecuente e intento ser coherente con las cosas que he defendido toda mi vida. Si esto va en contra de los intereses de algunos funcionarios del Gobierno Nacional, lo lamento mucho pero no especulo. Estoy haciendo lo que estoy convencido que tengo que hacer y parece que hay mucha gente que cree que está bien. Después está lo electoral, la campaña… Porque te aseguro que todo lo que diga el dictamen de la Comisión Investigadora es verdad, después que se apruebe o no tiene que ver con lo cuantitativo. No tiene que ver con la verdad, sino con la coyuntura política.

NU: Pero usted quiere ser candidato en las próximas elecciones…
MP: Por supuesto. Nos vamos a presentar en octubre pero todavía vamos a ver en qué marco lo hacemos. Y esta es una posición que teníamos previamente a Cromañón. Igualmente, no empezó nuestra vida política en la Legislatura ni va a terminar reeligiendo o no reeligiendo.

NU: Por último, si el dictamen recomienda el juicio político al jefe de Gobierno y el Cuerpo decide por mayoría no iniciar el proceso, ¿cómo lo va a vivir?
MP: Es una cuestión de aritmética. Por ahí vamos a tener la suerte de presenciar un olmo dando peras, pero sino tiene que ver con la aritmética. Además, esta es sólo una de las patas, porque también está la pata judicial, donde esto sigue y donde va a seguir habiendo sorpresas, si el diablo no mete la cola. Hay un espacio de la política en la Ciudad, que es el espacio de centroizquierda, que no puede jugar su suerte a la suerte de Aníbal Ibarra. Porque tanto Ibarra como Milcíades Peña son insignificantes. En los procesos políticos la suerte de un tipo es mucho menos importante que la suerte de toda la sociedad. La defensa de un espacio político ideológico no se hace desde el apañamiento o desde la complicidad, se hace asumiendo las responsabilidades y poniendo lo que hay que poner en el momento que te toque. Cromañón marcó un basta para mí, y aclaro que está lleno de tipos que valen la pena en el Gobierno de la Ciudad, lo que no tienen es proyecto político. Se han quedado sin rumbo, y han entrado en una serie de complicidades y viendo como defienden lo indefendible. Esto es lo importante, después lo de la Comisión se verá. Y repito, quizá veamos como el olmo da peras.

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