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Ricardo Diez
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| Enviado jueves, 17 de noviembre, 2005 - 08:41 am: | |
LA NACION La oposición calificó al Presidente de injusto e intolerante Críticas desde la derecha y la izquierda NOTA DEL ADMINISTRADOR: No hay peor ciego que quien no quiere ver. Presidente, acusar a la Iglesia de semejantes barbaridades me trae a la memoria a un protegido suyo como es Ibarra. Parece que fueron a la misma escuela de mentirosos. Todo llega, aquí o en el "otro lado" va a recibir un poco de su "propia medicina" ---------- Una muestra de intolerancia, una generalización injusta y una falta de conocimiento de la realidad. Así calificaron, palabras más o menos, los líderes de la oposición las críticas que ayer vertió el presidente Néstor Kirchner contra la Iglesia. Como pocas veces, los referentes de los principales partidos políticos no oficialistas, consultados por LA NACION, coincidieron en un rechazo unánime a las expresiones del Presidente, que durante un acto en la Casa Rosada apuntó duramente contra la Iglesia por su reclamo de mejoras en la situación social del país. Las palabras del Presidente, que dijo que los obispos "están equivocados" y "no se atienen a la realidad" en su informe y que los acusó de "confesar a los torturadores" durante la dictadura militar, concitaron un repudio similar desde la izquierda y la derecha. "Si varios días de reflexión no le alcanzaron al Presidente para ver la enorme cantidad de excluidos y pobres que tenemos, debería darse una vuelta por el conurbano para la próxima jornada", recomendó el jefe del bloque de diputados de ARI, Eduardo Macaluse, que a falta de la ironía de su jefa, Elisa Carrió (de vacaciones en las sierras cordobesas), tomó la posta. Además, el diputado arista criticó la observación del Presidente de que algunos intentaban desvirtuar el resultado de las últimas elecciones. "Si él desvirtuó el 17 de octubre, no puede quejarse de que otros quieran desvirtuar el 23", apuntó Macaluse. "El Presidente no debe enojarse con el mensajero", opinó el titular de la UCR, Angel Rozas, que puso así a la Iglesia en el lugar de un simple vocero de la realidad. A contramano de la Casa Rosada, el diputado electo por Chaco elogió lo que consideró "el clamor de los obispos por una mayor equidad social" y recomendó a Kirchner "reflexionar muy bien antes de hablar, porque su intolerancia va a desgastar su gestión". Otro radical, el diputado Federico Storani (UCR-Buenos Aires), consideró las palabras del presidente "provocativas y totalmente injustas". "Hubo muchísimos obispos, con Nevares o Novak, que se jugaron la vida por la defensa de los derechos humanos, no está bien la generalización", observó Storani, enfrentado al sector que lidera Rozas. Y agregó que "calificar de digno a Borocotó y descalificar a la Iglesia muestra que el Presidente tiene los valores cambiados", en referencia a la defensa que hizo Kirchner del pase de Eduardo Lorenzo Borocotó al oficialismo, justamente en el mismo acto en el que atacó a la Iglesia (de lo que se informa por separado). "Metodología de Hitler" En el macrismo, la voz cantante estuvo en manos del diputado Federico Pinedo (Compromiso para el Cambio-Capital), tal vez el que calificó más duramente a Kirchner de todo el arco opositor. "Identificar a una religión con crímenes es usar la metodología de Hitler. El Presidente debería pedir perdón y hacer un retiro espiritual para calmarse", dijo Pinedo, en ausencia de su jefe político, que ayer estaba en vuelo rumbo a España. El legislador macrista se mostró apenado por las declaraciones de Kirchner. "Le pedimos perdón a la Iglesia por las cosas que el Presidente dice, por sus agravios, que nos avergüenzan como argentinos", dijo. Ni siquiera en la izquierda las frases del Presidente encontraron eco. "No es una actitud conspirativa de los obispos, esos datos los difunde el propio Indec", apuntó el jefe del bloque de diputados socialistas, Jorge Rivas. "Más allá de la opinión del Presidente sobre el papel de la Iglesia en la dictadura, opinión que comparto, lo que lo irrita es que hayan difundido un documento sobre la desigualdad social: se trata de una nueva manifestación de su intolerancia, que hace oídos sordos a los que sólo llaman la atención sobre las asignaturas pendientes de la gestión", agregó Rivas. Para el diputado Mario Cafiero (Soberanía Popular-Buenos Aires), "Kirchner cree que la película empezó cuando él llegó al Gobierno, mientras la Iglesia hace un análisis más global" de la situación del país. "Las cosas no se resuelven con actitudes patoteriles, hay que sentarse a dialogar y buscar las causas reales de los problemas que tenemos todos", concluyó Cafiero. |
Ricardo Diez
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| Enviado jueves, 17 de noviembre, 2005 - 08:15 pm: | |
CLARIN Tras la reacción de Kirchner, los obispos se defienden Distintos prelados aseguraron que la embestida presidencial "no es acorde al espíritu" del documento. Y destacaron que el texto intenta “inscribirse en la doctrina social de la Iglesia”. Desde el Gobierno trataron de suavizar la polémica. ------------------------------- Después de que el presidente Néstor Kirchner criticara duramente a los obispos católicos por un documento del Episcopado que hablaba de una “escandalosa” brecha social y objetaba la visión oficial de los 70, varios prelados salieron hoy a contestarle al mandatario. En líneas generales, consideraron la reacción como poco acorde al espíritu de la declaración. Uno de los que sostuvo esa postura fue monseñor Héctor Cardelli, obispo de San Nicolás, quien habló de cierta “hipersensibilidad” en el Gobierno al mismo tiempo que desligó, al menos parcialmente, a la actual administración de las críticas contenidas en el documento del Episcopado. “No responsabilizo al Gobierno porque hace poco que está y está haciendo un esfuerzo muy grande pero me parece que está muy sensibilizado porque el documento no se refiere a él (…) De hecho creo que Kirchner recibió un país realmente postrado y con muchas dificultades”, admitió el prelado, que de todos modos insistió en que hay zonas en las que “no se ha encontrado la solución” a la falta de trabajo y que “hay una juventud presa por la situación que pasamos”. Tanto Cardelli como el arzobispo de Salta, Mario Antonio Garnello, y el párroco de Balvanera, monseñor Osvaldo Musto, destacaron que el texto del Episcopado es una declaración general que intenta resumir un documento universal e inscribirse dentro de la doctrina social de la Iglesia. “Nosotros analizamos las cuestiones económicas, políticas y culturales desde el punto de vista de la fe”, expresó Musto, quien criticó a Kirchner por pretender “designar el rol de la Iglesia”. En el discurso de los obispos también se destacó la respuesta a las aseveraciones con las que el mandatario acusó a los obispos por su rol durante la década la dictadura. Mientras Cardelli destacó que “no todos los obispos estaban callados la boca”, Garnello aseguró que los miembros de la Iglesia “jamás” pensaron que “la reconciliación prescinde de la verdad y la justicia”, aunque inistió en que “después de los 70 hubo una visión en la que, para fortalecer la democracia, se cargaron las tintas, pero mirando sólo un aspecto”. Desde el Gobierno, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, negó que la relación con la Iglesia se haya tensado y explicó que “el Presidente dijo lo que sentía, lo que tenía que decir". En la misma línea, el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, aseveró que queda abierta “la posibilidad del diálogo”. También defendió la postura de Kirchner: “La Iglesia ha fijado sus puntos de vista y el Presidente entendió que son incorrectos (…) Lo bueno es que lo ha expresado públicamente y no fue hipócrita”. Se pronunciaron también sobre el tema el diputado y piquetero oficialista Luis D’Elía, quien criticó, “salvo en raras ocasiones”, el papel de los obispos durante la dictadura y opinó que “al Estado le sale carísimo la Iglesia”. En tanto, dirigentes opositores rechazaron las críticas presidenciales. Uno de ellos fue el diputado demócrata progresista Alberto Natale, quien llegó a decir que “Kirchner atraviesa por una situación mental preocupante”. |
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