Ricardo Diez
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| Enviado sábado, 31 de diciembre, 2005 - 06:19 am: | |
CLARIN Cientos de zapatillas en la avenida de Mayo ------------------------------- Georgina Elustondo. gelustondo@clarin.com El símbolo de "los pibes de Cromañón", una zapatilla de cordones largos colgada de algún lugar, fue la expresión más dura y repetida del largo día de duelo que vivieron ayer los familiares de las víctimas. Es ese objeto joven, la mayoría de las veces deshilachado, el que cuenta el vacío, la ausencia y el camino trunco de chicos que tenían, todavía, mucho por andar. Los homenajes arrancaron temprano en el santuario de Once, y siguieron por la tarde en Plaza de Mayo, donde funcionó durante todo el día una radio abierta que dio voz a todo aquel que quisiera expresar sus sentimientos respecto a lo ocurrido en Cromañón. A unos metros, junto a la Pirámide, un grupo de chicos no paró de imprimir leyendas en aerosol sobre remeras que la gente traía puestas y que se volvían un grito ni bien la tinta secaba y permitía treparlas a la piel: "Sin Ibarras no hay Chabanes", rezaban la mayoría, la leyenda más elegida de la jornada junto a "los pibes, presente". "Estamos muy desesperanzados. La Justicia no avanza, no vemos que se vaya hacia la verdad", dijo a Clarín la mamá de Elisa Mazzurco, rodeada de familiares con su rostro sobre sus pechos. "El 40% de los pibes murió por rescatar a otros. Ojalá la sociedad les devuelva la solidaridad que ellos mostraron", agregó el papá de Martín, un sobreviviente de 16 años que aún respira con dificultad. Pero lo más fuerte fue la muestra de fotos "Vidas robadas, sueños en marcha", compuesta por un centenar de cartulinas colgadas de las vallas que dividen la plaza para proteger la Casa Rosada. Cada una, en puñados de fotos personales y mensajes de amor y orgullo intentó rescatar a la persona de la frialdad de una cifra (194) y hasta de la palabra víctima. Un bebé en pañales, un niño aferrado a su salvavidas, una adolescente ante su primer baile, un joven sacudiendo apasionadamente su remera bostera... Historias a medio camino, detenidas ahí, en Cromañón, hace exactamente un año. |