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Ricardo Diez
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| | Enviado viernes, 06 de enero, 2006 - 06:54 am: | |
CLARIN
Escrache y amenazas de familiares de Cromañón en la casa de Ibarra
El suspendido Jefe de Gobierno no estaba en su domicilio. Hubo gritos, huevazos y piedras, en medio de un fuerte despliegue policial. También, amenazas de muerte. Una vecina quiso defenderlo y fue insultada.
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Mariana García.
magarcia@clarin.com
Dónde estás?!". La voz de su vocero sonaba desesperada. Del otro lado de la línea, Aníbal Ibarra respondía: "Estoy en la quinta ¿qué pasa?". Eran las ocho de la mañana y para entonces, sobre la vereda de su casa, en la calle Campillo al 2700, escrito en letras rojas, podía leerse "asesino".
Desde temprano, padres y familiares de chicos muertos en República Cromañón comenzaron a reunirse frente a la puerta de la casa que el suspendido jefe de Gobierno tiene en Villa Ortúzar. Primero tocaron el timbre una y otra vez. Nadie respondió. Después vinieron los gritos y a los gritos los siguieron los huevos y las piedras. Cuando ya no quedaban dudas de que lo que estaba ocurriendo en Campillo 2757 era un escrache a Aníbal Ibarra, Luis Fernández, uno de los familiares, se paró frente a las cámaras y gritó: "Que no vaya a un acto público porque lo voy a matar con mis manos".
Su hija, Nayla, de 20 años, fue una de las 194 víctimas del incendio. "Este hijo de puta me robó a mi hija y no va a salir más a la calle", continuó el hombre. Días atrás, Fernández había amenazado de muerte al juez Gustavo Bruzzone, uno de los que había ordenado la excarcelación del empresario Omar Chabán.
Ibarra escuchó las amenazas por TV. Había decidido pasar la noche en una quinta del conurbano y se enteró de lo que sucedía en su casa cuando lo llamó el secretario de Comunicación, Daniel Rosso. Sus dos hijos, adolescentes, tampoco estaban en la casa, y Dominga, la empleada, se enteró antes de llegar.
Por la noche, cuando sólo quedaba la vereda pintada y los huevos esparcidos en las paredes de la habitación de Pablo —el mayor de los hijos—, Ibarra le dijo a Clarín: "El dolor no justifica cualquier cosa. Pero en esto la política tiene mucha responsabilidad porque no sólo nunca contuvo a los familiares, sino que además exacerbó su dolor y todo para sacar un mayor rédito político". Para Ibarra, el escrache tuvo una "clara intencionalidad política".
En doce días, Ibarra tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados para escuchar en la Legislatura los cargos por los que se lo está sometiendo a un juicio político. Ibarra tenía previsto viajar hoy a Rosario para reunirse con el socialista, Hermes Binner, una de las pocas voces políticas que salió en su defensa. Pero la reunión tuvo que ser postergada después de que un grupo de familiares amenazara con llevar el escrache hasta allí.
"Rata cobarde", dijo Nino Benítez de Ibarra. Fue uno de los treinta padres que ayer llegaron hasta la casa del jefe de Gobierno. Su hijo Mariano, de 20 años, fue otra de las víctimas. "Elegimos la casa de Ibarra porque como se acerca Reyes queríamos recordar a los pibes de diez, ocho años, que murieron por la ineficacia de un gobierno representado por este señor", explicó el hombre junto a su mujer, Nilda.
Los insultos, y algunas escupidas, fueron también para una vecina que intentó defender a Ibarra. La tensión fue tal que en un momento, la cantidad de policías era similar a la de los padres.
Los familiares amenazaron con volver cada día a la puerta de Campillo. Por la tarde, cuando Ibarra regresó a su casa, algunos vecinos le prometieron que hoy tendrá una manifestación, pero esta vez a favor.
"Se sienten con derecho a hacer cualquier cosa, no sólo por mí, también lo hicieron con Estela de Carlotto" se quejó Ibarra. En la vereda, también en letras rojas, los familiares dejaron escrito: "los pibes de Cromañón". |
Ricardo Diez
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| | Enviado viernes, 06 de enero, 2006 - 07:05 am: | |
NOTICIAS URBANAS
Escracharon a Ibarra
Cerca de treinta padres de las víctimas de Cromañón decidieron repudiar al suspendido jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, en la puerta de su domicilio, en el barrio de Villa Ortúzar. En la protesta llegaron a tirar piedras
Por Lucas Schaerer
Este jueves, a partir de las 8:30, casi treinta padres de las víctimas fatales en el incendio de Cromañón se concentraron en la puerta del domicilio del suspendido jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, ubicado en el barrio de Villa Ortúzar.
El objetivo del repudio es "su actuación en los medios durante el proceso de juicio político". "Queremos que nos explique personalmente por que estamos confundidos", testimonió una madre de las víctimas, Nélida Gómez, ante un móvil de Radio del Plata.
El escrache consistió en cánticos, escribir con aerosol de color rojo la vereda con la leyenda "Ibarra asesino" y tocar insistentemente el timbre de su domicilio. Además, a las 9:40, arrojaron algunas piedras. Una guardia de infantería de la policía Federal impidió a los manifestantes que colocaran stikers en las paredes y entonces los pegaron en el suelo.
"La masacre de Cromañón, nuestros hijos muertos por la corrupción. Que no se repita", es la frase de los papeles pegados. |
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