Ricardo Diez
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| | Enviado martes, 17 de enero, 2006 - 05:42 am: | |
CLARIN
Juicio político: Ibarra escuchará los cargos y ensayará su defensa
En medio de un gigantesco despliegue de seguridad en la Legislatura, familiares a favor y en contra de Ibarra presenciarán la sesión. El jefe de Gobierno pedirá la palabra para plantear las nulidades del proceso.
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Mariana García.
magarcia@clarin.com
Un año después de que un incendio arrasara con la vida de 194 personas, Aníbal Ibarra se sentará hoy en una banca de la Legislatura porteña para escuchar cómo tres fiscales lo acusan de ser el responsable político de ese episodio.
Trescientos ochenta y tres días habrán pasado exactamente desde aquella noche de locura en República Cromañón. Con la lectura de la acusación comenzará hoy la audiencia de debate que convertirá a Ibarra, segundo jefe de Gobierno elegido por el voto popular, en el primero en ser sometido a un juicio político.
La tensión será lo que marque la jornada de hoy. Familiares de las víctimas que reclaman la destitución —la mayoría de ellos— permanecen en vigilia desde la noche de ayer frente a la Legislatura. Otro grupo, en cambio, hizo un "acampe" en la puerta de la casa de Ibarra para mostrarle su apoyo. Hoy todos ellos se encontrarán en los balcones de la Legislatura.
Hasta último momento, los legisladores y funcionarios del Gobierno de la Ciudad trabajaban en un gigantesco operativo de seguridad dentro y fuera de la Legislatura. Es que a las 18, los ibarristas también estarán allí para realizar un "abrazo" al edificio de Perú e Yrigoyen. Hasta ayer a la noche, todavía no quedaba claro como sería el ingreso de Ibarra, quien tiene previsto llegar entre las 9 y las 10 de la mañana. También era un misterio saber cuándo le tocaría hablar.
Ibarra escuchará hoy la acusación. Frente a él estarán los quince legisladores que actúan de jueces de un Tribunal en el que parecen estar asegurados siete de los diez votos necesarios para destituirlo.
Habrán pasado dos meses desde que la Sala Acusadora —compuesta por el resto de los diputados porteños— resolvió suspenderlo e iniciarle juicio para determinar su responsabilidad política de lo que ocurrió aquella noche en el boliche de Once.
No sólo escuchará hoy esa acusación por "mal desempeño". Además, pedirá la palabra para plantear las "nulidades" que, según él, tiene el proceso. Ya lo ha dicho hasta el cansancio, para él el juicio es un "golpe institucional" y no otra cosa. Su abogado, nada menos que el ex fiscal de las Juntas Militares, Julio Strassera, ha dicho que ante un fallo adverso llevarán esos reclamos ante la justicia ordinaria.
Ayer, Ibarra pasó —de "visita"— por la jefatura de Gobierno y se recluyó en su fundación donde escribió su declaración para hoy. Será un discurso con tono político con el que también quiere forzar a los dos referentes porteños, Mauricio Macri y Elisa Carrió, a una definición pública en torno al juicio. Además, su defensa recolectó antecedentes sobre 26 incendios similares a los de Cromañón, en los que no fueron incriminados los intendentes.
Aunque se trata de un juicio en el que existen jueces, fiscales, defensa e innumerables argumentos y contrargumentos jurídicos, las razones últimas de lo que viene sucediendo y sucederá en la Legislatura de la Ciudad habrá que encontrarlas en la política. Son esas razones las que, en definitiva terminarán prevaleciendo.
Ibarra, de 47 años, abogado de carrera brillante, educado en el Colegio Nacional Buenos Aires y con un futuro político de promesas, llega a este juicio dejando al desnudo la debilidad política en la que se encuentra, aún después de haber sido reelegido apenas dos años atrás. Sólo posee un legislador de los sesenta que integran la Cámara. Tiene aliados fieles —como el socialismo—, fugaces —como el ARI— o volátiles —como los kirchneristas—.
La Sala tiene plazo hasta el 14 de marzo para llegar a un veredicto. Entonces, Ibarra sólo escuchará una palabra: absuelto o condenado. |