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Ricardo Diez
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| Enviado miércoles, 18 de enero, 2006 - 07:42 am: | |
CLARIN Ibarra hizo un fuerte alegato, pero no pudo evitar que siga el juicio El jefe de Gobierno dijo que nunca definieron los cargos y que le cuestionaban hechos de su primer mandato. Sostuvo que esto le pasa por no pertenecer al PJ o a la UCR. La Sala desestimó su reclamo. ------------------------------- Mariano Thieberger. mthieberger@clarin.com Con un fuerte alegato, el jefe de Gobierno Aníbal Ibarra pidió ayer la nulidad del juicio político que le sigue la Legislatura por supuesto mal desempeño en relación a la tragedia de Cromañón. Y, como era previsible, su planteo recibió un amplio rechazo de la Sala Juzgadora y el enjuiciamiento seguirá. "Soy el único jefe político que no pertenece ni perteneció al Justicialismo o al Radicalismo", afirmó Ibarra para cerrar un discurso de más de una hora. Lo hizo para explicar por qué, según él, se investiga su responsabilidad política en el incendio del 30 de diciembre de 2004 y en cambio no se buscaron culpables de tragedias anteriores. Al cierre de una sesión maratónica de doce horas, Ibarra sólo obtuvo el respaldo de Norberto La Porta (Socialista) y Laura Moresi (Frente Grande), los mismos dos legisladores que se opondrán seguro a su destitución. En contra del planteo del jefe de Gobierno votaron cuatro macristas, tres kirchneristas, dos del ARI, dos de izquierda y una radical disidente. La nota la dio el zamorista Gerardo Romagnoli, que estuvo ausente durante toda la sesión y apareció sólo para la votación. Luego de un discurso confuso anticipó que se abstendría. Así lo hizo y se retiró enseguida, insultado por familiares de las víctimas o incluso por legisladores como la izquierdista Beatriz Baltroc. Habrá que seguirlo de cerca ya que se lo consideraba un voto claro a favor de la destitución. Los doce votos en contra de la nulidad pedida por Ibarra y sus abogados defensores —Julio César Strassera, Julio Golodny y Fernando Castejón— no pueden leerse como un anticipo del veredicto final. Al menos seis de esos legisladores —los tres kirchneristas, los dos del ARI y la ex macrista Florencia Polimeni— todavía no adelantaron qué harán cuando se defina la destitución. La jornada arrancó a las 9 en punto, cuando Ibarra ingresó a la Legislatura acompañado por gran parte de su gabinete. Todos se quedaron allí durante todo el día y sólo se retiraron, incluso el propio Ibarra, para participar de la marcha en su apoyo. Los familiares de las víctimas no se movieron de su sitio. Exhibieron las fotos de los jóvenes que murieron en el incendio y prácticamente no hicieron exclamaciones. Sólo despidieron a Ibarra al grito de "asesino". El presidente de la Sala Juzgadora, el juez Julio Maier, les llamó la atención una sola vez. En cambio, Maier no dudó en reclamarle a Ibarra que terminara su alegato, reprender a los tres fiscales (Jorge Enríquez, Jorge Sanmartino y Rubén Devoto) o a los legisladores que no prestaban atención a los discursos. A pedido de la defensa y pese al evidente fastidio de Maier, se comenzaron a leer íntegramente los dictámenes acusatorios. Al llegar a la página 48 de un total de 260 se acordó suspender la lectura y pasar a un cuarto intermedio hasta las tres de la tarde. Después de almorzar en la Legislatura, Ibarra hizo uso de la palabra para solicitar la nulidad de la acusación que, de haber sido aprobada, hubiera significado la suspensión del proceso. Ibarra se basó en dos puntos: en que el día de sus suspensión no se votó ninguno de los dos dictámenes acusatorios sino "el título de mal desempeño" y, por primera vez, en que no se puede juzgar el desempeño de su primer mandato. "Las políticas públicas del primer mandato ya se discutieron en la elección de 2003. Discutir del voto para atrás no sólo es inconstitucional sino también profundamente antidemocrático", dijo sobre los puntos de la acusación referidos al mandato que inició en 2000. Strassera incorporó un tercer pedido de nulidad al cuestionar los cambios que sufrió la Sala Juzgadora a partir del 10 de diciembre. A su turno, los fiscales defendieron la acusación. Durante otro cuarto intermedio, y en un salón contiguo al recinto, los legisladores terminaron de consensuar la resolución prevista para rechazar los planteos de nulidad. "Técnicamente lo que la Sala Acusadora votó es llevar adelante la acusación del señor jefe de Gobierno por la causal de mal desempeño, por los fundamentos vertidos por cada uno de los señores diputados en los dictámenes que oportunamente habían suscripto", escribieron para desestimar el primer punto. A las 21.45, ante de finalizar la sesión, la defensa anunció que podría recurrir a la Justicia. Las sesiones continuarán hoy cuando comience el desfile de los 137 testigos pedidos por las partes. |
Ricardo Diez
Username: Ricardodiez
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| Enviado miércoles, 18 de enero, 2006 - 07:43 am: | |
CLARIN Todos miran de afuera Fernando Gonzalez fgonzalez@clarin.com La batalla entre Aníbal Ibarra y los legisladores porteños se libra en Buenos Aires. Pero de nada vale que la Ciudad sea el centro político del país ni que aquí funcionen la sede del Gobierno y el Congreso de la Nación. La pelea es entre porteños y los dirigentes de trascendencia nacional miran todos desde afuera. Más allá de los argumentos de los que juzgan y de las razones del que se defiende, los 194 muertos de Cromañón y la presión de los familiares de las víctimas han reforzado la prudencia de Mauricio Macri y de Elisa Carrió. Tampoco el Presidente ha arriesgado una opinión. Actitudes que deberán cambiar cuando termine el verano y el destino de Ibarra se someta a votación. |
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