Ricardo Diez
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| | Enviado jueves, 16 de marzo, 2006 - 08:43 am: | |
NOTICIAS URBANAS
De Estrada: "El de Telerman será un gobierno más eficaz"
Santiago de Estrada, el vicepresidente primero de la Legislatura porteña, se convirtió en el número dos de la Ciudad. Pero no parece llamarle demasiado la atención. Cree que el gobierno de Telerman será mejor que el de Ibarra y considera que el juicio al ex Jefe de Gobierno determinó perfectamente su responsabilidad política en la tragedia de Cromañón
Por Esteban Schmidt
Lo primero que dijo Santiago de Estrada (70) fue "qué tal", en voz baja, como se habla en los sótanos del Vaticano, con los ojos hundidos en una meditación celeste, sentado frente una lámpara de mesa del diámetro de una torta. Lo segundo que dijo fue: "ya vengo" y se paró rápido como un hombre dinámico. El diputado y empresario gastronómico Diego Santilli había asomado la cabeza por la puerta del despacho de la vicepresidencia de la Legislatura, con semblante duro y asustado, como un adicionista sobrepasado. "Ah, Diego", dijo De Estrada, un poco más alta su voz, y le estudió la mirada un segundo para saber si era "ya" o era "después". Fue "ya" y avisó De Estrada, entonces, "ya vengo" y condujo a Santilli a un cuarto contiguo.
Nos quedamos en su oficina grande, entonces, con Vanesa Molinuevo, su directora de Comunicación, tratando de captar los restos ambientales de la jornada de trabajo del diputado más experimentado de la Legislatura, quien quedó consagrado, además, como el número dos de la Ciudad, tras la caída de Aníbal Ibarra. A pesar que no le interesa demasiado, dos de la Ciudad vendría a ser su mejor ranking político hasta ahora. Envuelto en la política, y envolviendo, desde hace varias décadas, desarrolló un carrera pareja siempre en puestos importantes, que lo hicieron transitar por alfombras coloradas y púrpuras pero siempre ahí, como un eficiente acompañante de distintas opciones políticas, casi sin excepciones, como le gusta etiquetar al Presidente Kirchner, del centro a la derecha. De Estrada es ahora el número dos de la Ciudad, luego de treinta años figurando en el top cien de los dirigentes argentinos.
Decíamos, el despacho. Los veintinueve nietos aparecen en menos de veintinueve fotos. Sólo en una y los hijos en otra, apiñados en racimos, filas y en hileras. Con el Papa Juan Pablo II hay dos fotos, el Papa icónico de vestido blanco. Un escritorio desordenado, lleno de papeles, de textos que ninguna mente del mundo pensaría en llevarse a una isla desierta. Es trabajo. Proyectos de resolución, que van circulando de despacho en despacho esperando que otro diputado, uno nuevo o uno más, acompañe con la firma. Carpetitas, además, artículos de librería, cajas de diskettes. Una notebook Hewlett Packard encendida y conectada a una página del Clarin digital donde cuentan de un gobernador brasileño que se presenta las presidenciales y una impresora de chorro de tinta apagada.
La silla del diputado es ergonómica, negra y alta, pero no señorial, de ecocuer, cómoda pero sencilla. En la espalda del sillón de De Estrada, contra la pared, decenas de obreros portuarios cargan bolsas en un óleo de Quinquela Martín de tres metros cuadrados.
Regresa De Estrada y se sienta y no dice "empecemos". Sólo se sienta y espera que le hablen. Mil periodistas argentinos saben que al "Obispo" no se le puede sacar una definición que pare las rotativas o renueve los updates. Una forma legítima de sobrevivir en el top cien.
--Es usted ahora el número dos de la Ciudad, ¿cómo se siente con eso?
--(Inaudible casi) Es una responsabilidad relativa, no es más que eso. Una formalidad.
--De todos modos, en la eventualidad de que el Jefe de Gobierno tenga que viajar o tenga un "problema", usted es quien debe asumir la Jefatura de Gobierno.
--Es algo que no va a pasar, puede haber algo de uno o dos días pero ni cuentan. No va a pasar nada malo.
--Insisto si, institucionalmente, al estar en la línea sucesoria no está obligado a una mayor atención y, tal vez, compromiso con las políticas del ejecutivo.
--Siempre seguimos todos los temas con la misma atención.
--¿Qué le pareció el discurso de Telerman?
--Bueno, abierto al diálogo, realista. Destacando los problemas de la Ciudad.
--Realista, ¿en qué sentido?
--Fue muy claro respecto a cómo llega al cargo y por qué.
--La apertura al diálogo que destaca en Telerman ¿se tradujo ya, en alguna acción visible, en algún gesto concreto que haya tenido con usted?
--El siempre ha sido un hombre de diálogo.
--Pero tras el discurso, ¿usted lo vio?
--Un ratito nomás, para saludarlo.
--¿Cuál es la lectura final que hace de la caída de Ibarra?
--Que él nunca comprendió la dimensión de la tragedia. Erró luego en su estrategia de defensa, en lugar de alegar que no era responsable atacó al juicio y a los jueces. Podía servirle para afuera pero no para los jueces.
--¿Cree que la sala juzgadora falló correctamente?
--Sí, creo que la responsabilidad política de Ibarra quedó demostrada.
--¿Qué le parecieron los discursos de justificación de los votos?
--Hubo muy buenos discursos con argumentos muy sólidos.
--¿Qué espera que pase ahora en la Ciudad?
--Que se avance en la búsqueda de soluciones para los problemas sociales, los problemas de vida cotidiana, veredas, transporte, basura.
--¿Qué pasa con la basura?
- -Los cartoneros están fuera de control.
--¿Cree que el gobierno de Telerman estará a la izquierda o a la derecha del de Ibarra?
--En un gobierno local es muy difícil que aparezca una cuestión ideológica para considerar. Pero creo que va a ser un gobierno más eficaz. |