Ricardo Diez
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| Enviado viernes, 29 de diciembre, 2006 - 08:25 am: | |
LA NACION A pesar del control, aún hay fallas en los boliches A dos años de la tragedia de Once Mañana se cumplen dos años de la tragedia de Cromagnon y, a pesar del aumento de los controles y del monto de las penas, más de 400 locales de la ciudad (boliches, bares, pubs) siguen sin cumplir normas tan elementales para la seguridad como tener matafuegos, señalizar las salidas y no sobrepasar el límite de personas permitidas. Precisamente muchas de estas infracciones eran cometidas en el local que explotaba Omar Chabán, donde murieron 194 personas como consecuencia del incendio provocado durante un recital del grupo Callejeros. Según un informe del Ministerio de Gobierno porteño, durante este año se decidieron 517 clausuras en 469 locales de los considerados críticos, es decir, lugares de baile y recitales, y bares. A más de uno de ellos se los cerró más de una vez. El caso más grave fue el de un local de San Telmo, clausurado en seis oportunidades. Otros cuatro fueron cerrados cinco veces y, en más de una docena de locales, entre bares, pubs y bailables, se registraron tres clausuras. Las principales irregularidades que se detectaron son por cuestiones de seguridad (falta de señalizaciones, certificado de bomberos y tratamiento ignífugo, entre otras); les siguen los espectáculos de música y canto sin permiso, infracciones a la contratación del personal de seguridad, el exceso de la capacidad permitida y la desvirtuación de rubro. "Existen empresarios de la noche que, no obstante los controles y las sanciones, siguen violando las normas de seguridad de los establecimientos. En muchos casos, piden la habilitación comercial para funcionar de una manera y terminan operando de otra", explicó a LA NACION Diego Gorgal, ministro de Gobierno. A principios de este año comenzaron a regir sanciones más duras a partir de un decreto por el que se multa con 3000 pesos como mínimo y $ 10.000 como máximo no tener el certificado de bomberos. En ese caso también existe la posibilidad de que el local sea clausurado. El exceso de capacidad permitida se sanciona con multas que van desde los $ 10.000 a los $ 50.000, a lo que también se agrega la posible clausura del establecimiento. Pero la ley actual impide revocar las habilitaciones en caso de que un comercio haya sido clausurado más de una vez. "Para completar la política sancionatoria hace falta avanzar un paso más. Enviamos un nuevo proyecto a la Legislatura, orientado a disponer la caducidad de la habilitación y a inhabilitar al titular del establecimiento infractor", dijo Gorgal. Extraordinarias La iniciativa, que podría ser tratada por los diputados durante las sesiones extraordinarias de febrero próximo, busca revocar las habilitaciones a quienes violen más de tres veces la normativa vigente en materia de seguridad, además de inhabilitar al responsable del comercio a tramitar un nuevo permiso por dos años. El proyecto promueve una modificación del Código de Habilitaciones, que hoy no considera esa figura. Actualmente, los locales que infringen la ley pueden llegar a ser clausurados, pero, luego de cumplir con la sanción pecuniaria, retoman la actividad. Las inhabilitaciones regirán para el desarrollo de las actividades a las cuales se impusieron sanciones en tres ocasiones en un período de 18 meses. Según el proyecto oficial, corresponderá cuando se permita el ingreso de una cantidad de personas superior a la autorizada, cuando no se tenga el certificado de incendios o cuando un local funcione de una manera distinta de la permitida. Según los datos, el sector menos sancionado es el de las discos. De los 102 locales bailables que estaban registrados en la ciudad antes del incendio en Cromagnon, hoy funcionan 83, que están inscriptos en el registro que el gobierno creó especialmente. "Se produjeron muchos cambios. Hoy hay más conciencia empresarial. Lo que no sigue habiendo es conciencia de parte de la gente. A veces no entienden que la capacidad [del boliche] está colmada, que ya no se puede entrar", explicó Roberto Fernández, encargado de Opera Bay, en Puerto Madero. " Tenemos inspecciones todo el tiempo. Con buena predisposición, los inspectores nos enseñan, nos sugieren cosas. Tal vez deberían concurrir a otros lugares donde lo clandestino es más frecuente", opinó Fernández. Con él coincidió Gustavo Palmer, que tiene varias discos y locales en la Capital y en la provincia de Buenos Aires. "Yo recibo inspecciones cada tres meses, no sólo del gobierno sino también de bomberos. Cada disco tiene que tener su médico contratado y una sala de primeros auxilios. Y hasta un móvil de la policía, por cualquier inconveniente. Palmer opinó que se siente más cómodo que hace dos años. "Hasta la gente está más contenida y controlada", dijo. Los lugares que más sanciones reciben son, en general, pubs, bares y locales donde se realizan recitales. Los pubs y los bares incluidos en el informe del Ministerio de Gobierno han recibido varias sanciones por ejercer una actividad sin respetar el rubro. "No es lo mismo que en un pub pueda haber un cantante para animar una velada que realizar un show como si fuera un recital. Esto se repite", explicó Gorgal. La diputada macrista Gabriela Michetti cree que, a pesar de estas faltas, "se ha dado un primer paso". "Culturalmente, somos una sociedad que cuida poco la vida propia y ajena. Cromagnon fue la muestra de todo eso desde el Estado, los empresarios y la gente. En el último tiempo hubo un primer paso de aprendizaje, lo que no quiere decir que se revierta en dos años. Hay gente más preocupada; hay padres más preocupados; en el interior cambió el tema respecto de la seguridad. Esto es un proceso que nos va a llevar años." Diego Kravetz, presidente del bloque kirchnerista de la Legislatura, también cree que los controles por parte del Estado mejoraron. "El sistema mejoró. Pero desde la Legislatura faltó una revisión y un análisis más profundo de los controles. El proceso sólo se llevó adelante en función de una intencionalidad política de destituir a Aníbal Ibarra", dijo. Paralelamente, en la Secretaría General porteña se ultiman los detalles para enviar a la Legislatura el proyecto de reforma del Código de Habilitaciones y de Edificación, que tiene un capítulo para los locales bailables. Por Laura Rocha De la Redacción de LA NACION |