Ricardo Diez
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| Enviado sábado, 12 de febrero, 2005 - 08:29 am: | |
CLARIN, sabado 12 de febrero de 2005 Conurbano: cómo cambió la noche por el efecto Cromañón Boliches clausurados, inspecciones y normas de seguridad más estrictas son algunas de las medidas tomadas por los distintos municipios. Los jóvenes van de un partido a otro buscando una disco abierta. -------------------------------------------------- Elena Peralta. eperalta@clarin.com La noche del Gran Buenos Aires ya no es la que era. La tragedia de Cromañón le cambió la cara y la llenó de bares cerrados, micros repletos de adolescentes que llegan de otros partidos e inspectores contando cuánta gente entra en cada lugar. Más tarde que temprano, el incendio del boliche de Chabán desencadenó una ola de inspecciones en el Conurbano. Y los controles apagaron las luces de varias discos bonaerenses. Los intendentes de San Martín y Lanús, por ejemplo, clausuraron todos los boliches. "Se aprobó una nueva ordenanza para habilitar los locales, que exige un seguro para todos los clientes y un sistema online en el que los bomberos y el Municipio tengan los planos actualizados de cada uno", dijo a Clarín el subsecretario de Gobierno de Lanús, Jorge Sívori. Ninguno de los seis bailables del partido la pudo cumplir hasta ahora. En tanto, las cinco discos de San Martín tampoco pasaron las reinspecciones. "Tenían desde puertas de emergencia que daban a otras propiedades hasta enchufes de dos patas", explicó el secretario de Industria, Daniel Ivoskus. A pesar que sus 16 disco están abiertas, La Matanza clausuró 12 pubs e intimó a 60 locales habilitados como restoranes para que no organicen shows ni bailes. Algo parecido pasó en Quilmes: los boliches de la avenida Calchaquí están abiertos, pero los inspectores cerraron el bar La Barra y prohibieron las actividades del Paseo de Compras Quilmes durante toda la semana pasada. En San Fernando cerraron varios pool y en Tigre tienen una consultora especialista en seguridad para auditar cada habilitación. La Municipalidad de San Isidro obligó a todos sus bares y pubs a renovar sus permisos para funcionar. Y hay más. Debido a las inspecciones, la mitad de los bares, pubs y boliches de Lomas tuvieron que hacer reformas. "Sacamos todo los elementos combustibles y pusimos mapas con los caminos de emergencia. Estamos pensando en hacer un simulacro de evacuación con chicos y padres", explicó Gerardo Jara, de Peteco's, una de las tres discos que continúan funcionando de las 20 que había en la avenida Meeks. El empresario también es dueño de El Teatro, un local de Temperley en el que se presentan bandas de rock. "Estamos esperando qué decide la Municipalidad con los recitales", agregó. Ayer el panorama de clausuras parecía estar dispuesto a aguar la diversión también para hoy y mañana. En la Dirección de Inspecciones de Morón informaron que tres de las discos más antiguas del partido, Mall, Eros y Trasnochando, continuarán cerradas. El resto, alrededor de diez locales distribuidos en Morón, Castelar y Villa Sarmiento pasaron la prueba. Ahora, claro, cada fin de semana se llenan de gente. Es que los que no pueden bailar en un lugar van a ver si pueden entrar en otro. Y las clausuras masivas en algunos partidos colmaron los centros nocturnos de otros. En San Miguel, por ejemplo, las tres cuadras de la calle Concejal Tribulato, que concentran la mayoría de sus 11 boliches, reciben la misma cantidad de público o más que en el invierno: unos 15.000 chicos por sábado. "Hacemos operativos cada fin de semana para que no entre más gente de la permitida y evitar disturbios en la calle", aclaró el secretario de Gobierno, Gustavo Salerno. Claudio Mercado es uno de los cientos de chicos de San Martín que cada sábado se sube a un colectivo para ir a bailar a San Miguel. "Ahora estoy más atento y miro si hay telas colgando o dónde están las salidas", aseguró. Las clausuras obligaron a los chicos a armar un mapa con los lugares donde los parlantes todavía siguen sonando. La disco Sunset, en Olivos, es uno. Entre nuevos y viejos clientes pasan por los alrededores unos 6.000 por sábado. El problema es que sólo pueden entrar 1.800 y la cantidad es controlada a rajatabla por el Municipio. Y los vecinos se quejan de que los que se quedan dando vueltas en la calle. Además de las inspecciones, en algunos partidos, como Almirante Brown, empezaron a dar charlas de prevención para los chicos y visitas guiadas a los boliches con los papás. Pedro Ruston fue a una de las inspecciones a las discos de la avenida Ayacucho en San Martín. "Me acuerdo que cuando uno de mis hijos me dijo que en uno de los boliches habían puesto un toldo porque llovía, me dio risa. Ahora me doy cuenta del peligro. Todos somos responsables de que lo de Cromañón no vuelva a pasar". INFORME Clarín Zonales |