Ricardo Diez
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| | Enviado lunes, 16 de mayo, 2005 - 08:11 am: | |
CLARIN lunes 16 de mayo de 2005
Misa, marcha y dolor en Once
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Patricio Downes.
pdownes@clarin.com
Nosotros también pensamos que nunca nos iba a pasar algo así", contaron Graciela Pérez y Ariel Ribeiro, los tíos de Pablo Lucas, uno de los chicos muertos en Cromañón. Bajo la lluvia, que apenas atajaban los paraguas, recitaron el poema de Bertolt Brecht para pedir a la sociedad que los acompañe a exigir justicia.
Unas dos mil personas desafiaron los chaparrones fríos, con carteles y fotos de sus hijos, parientes y amigos que murieron en el incendio. A pocos metros del boliche, bajo las carpas que ya le dieron a Cromañón el aspecto de un santuario laico, hubo una misa celebrada por el cura Omar Di Maio. Luego dieron dos vueltas alrededor de la Plaza Miserere y se desconcentraron.
"No quiero que Chabán se escape, ni que se suicide, por eso no dejo de venir un solo día a las manifestaciones", dijo Fabiana Ibáñez, la madre de Gabriela y Maxi Arnaldo y hermana de Gabriel Ibáñez, muertos en la tragedia. A su lado, Nilda Gómez reclamó una estricta vigilancia para el empresario, "porque hay gente que quiere impedir que hable".
"Los mansos nos estamos cansando, porque el fallo de la libertad para Chabán fue una burla; es una falacia y un ataque a la inteligencia hablar de un cepillo de dientes o de la falta de plata y pasaporte para justificar la excarcelación", dijo Arturo García, el padre de Matías (19), otra víctima.
"Sólo pido justicia y que Chabán no salga en libertad; y los demás responsables tampoco", dijo Antonio Salazar, el papá de Pablo (20), un pibe de González Catán cuyo sueño de ser ingeniero terminó el 30 de diciembre |