Ricardo Diez
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| | Enviado sábado, 15 de enero, 2005 - 07:23 am: | |
CLARIN, sabado 15 de enero de 2005
"Todos los matafuegos estaban vacíos y las mangueras, rotas"
Damián Albornoz trabajaba en la barra del boliche junto a su hermano y su padre. Asegura que a Omar y Yamil Chabán sólo les interesaba la facturación.
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Gabriela Silvestre. ESPECIAL PARA CLARIN
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A dos semanas de haber pasado la peor noche de su vida, Damián Albornoz, un ex empleado del boliche República Cromañón, decidió contar la historia sobre su relación con el empresario Omar Chabán y todo lo que vivió durante el trágico incendio del 30 de diciembre. Con la foto de Leonardo Cruz sobre su pecho —un chico de 15 años al que había llevado a ver el recital de Callejeros y murió en Cromañón—, Damián responsabilizó por la tragedia a Chabán y a su hermano Yamil, un ex concejal justicialista de San Martín.
"Los Chabán eran socios. Cuando empezó el incendio, vi a Omar salir disparando hacia plaza Once. Yamil estaba en la esquina de Jean Jaurés y Bartolomé Mitre, parado arriba de una tarima como un zombi, totalmente desencajado", cuenta Damián. El trabajaba en Cromañón desde la inauguración, en abril de 2004. Atendía la barra junto a su hermano Gustavo. Pero la relación de los Albornoz con Omar Chabán viene de muchos antes. "Mi papá (José) empezó a trabajar con él hace 15 años en distintos boliches, incluyendo Cemento", cuenta el joven de 25 años.
Desde su humilde casa de Florencio Varela, Damián sostiene que "los matafuegos de Cromañón estaban vacíos, había sólo tres para todo el local, y las mangueras estaban rotas; yo les avisé pero no me hicieron caso: a ellos sólo les importaba facturar y gastar poco".
Tampoco sirvió de advertencia el primer incendio, ocurrido en mayo, cuando tocó el grupo Jóvenes Pordioseros. "Esa noche tiraron un tres tiros y logramos apagar el fuego con la manguera pinchada. El boliche terminó todo inundado, pero el recital siguió igual", describe Damián.
Las llamas volvieron a apoderarse de parte del salón el 26 de diciembre a la madrugada, cuando sonaba La 25 y se tiraron varias bengalas. "Esa noche —recuerda Damián— empezamos a pasar desde la barra vasos con agua y el público los tiraba sobre el fuego porque los matafuegos no andaban. Dios avisó dos veces y Chabán no escuchó, por eso después vino la tragedia del 30."
"En Cromañón nunca vimos inspectores y supongo que habría algún arreglo político, porque Chabán hacía 25 años que era un empresario dedicado al rock y nunca supe que tuviera un problema por inspecciones —señala Damián—. Es todo muy raro, porque los vecinos de Cemento siempre denunciaban y no pasaba nada."
Albornoz ya declaró ante la jueza María Angélica Crotto y ahora espera reunirse con el presidente Néstor Kirchner. "No vamos a bajar los brazos hasta que se haga justicia. Y no tengo miedo de nada: si me aprietan, ya sabrán quién fue...", dice con su voz entrecortada.
Las críticas de los Albornoz sobre los Chabán son interminables. "Nos pagaban 30 pesos por noche, en negro, y nos llamaban unas 5 veces por mes. Jamás nos dio un peso como aguinaldo. Si alguna vez había un accidente, nos pedía que le diéramos plata a la persona para que fuera a un hospital porque en el boliche no había ni una curita. Y para que el cliente no hiciera lío, le daba una entrada gratis para otro recital", relata Damián, acompañado por su hermano y su padre.
Asegura que en el baño de Cromañón no funcionaba una guardería, algo que sí afirman numerosos testigos. Y aporta un dato que compromete a Callejeros: "La noche del incendio, la seguridad del show estaba a cargo de ellos. Igual, me consta que se hicieron cacheos para impedir que los pibes ingresaran con bengalas o tres tiros." |