Ricardo Diez
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| Enviado miércoles, 08 de junio, 2005 - 07:33 am: | |
URGENTE 24 horas, miércoles 8 de junio de 2005 Cerca de un juicio político, continúa el fuego entre K e Ibarra, el peor de los ciegos Aníbal Ibarra se niega tozudamente a reconocer un dato que en el gobierno nacional, pero también en los campamentos del mismo intendente porteño, es algo más que un secreto a voces: Que el presidente Kirchner ha ordenado soltarle la mano para evitar que el cuestionado funcionario se convierta en un pesado lastre para sus aspiraciones plebiscitarias de octubre. Aquí surge la pregunta del macrismo: ¿Cómo hará Kirchner para despegarse de Ibarra, cuando hace dos años le pidió a la sociedad porteña que votara por él? El clima de la Ciudad sigue enrarecido. Mientras que el jefe porteño, Aníbal Ibarra, reiteró este lunes que "sin ninguna duda" existen operaciones tendientes a desestabilizar su gestión "desde distintos lados y sectores", aunque descartó que esas "operaciones" provengan del Gobierno nacional, una de las dos diputadas que le responden en la Legislatura porteña, Alicia Carusso, le apuntó de lleno a la "interna peronista". "Alguien empezó a instalar el tema de la intervención y no fuimos nosotros. Puede ser que esto tenga que ver con la interna del peronismo, la extrema derecha o la extrema izquierda", dijo Carusso a la agencia Noticias Urbanas, quien también sugirió que "en mi opinión, ahora que (Néstor) Kirchner dice que no quiere hacer alianza con nosotros, es que vayamos solos con una lista propia de legisladores". Desde la otra vereda, el secretario general del PJ porteño normalizado que conduce Alberto Fernández, Víctor Santa María, subrayó: "Nosotros apoyamos la institucionalidad, y Carusso no entiende nada de la interna peronista, a menos que ella forme parte de la interna". Santa María también aconsejó al jefe de la Ciudad que de "un vuelco hacia la ejecutividad en la Capital" porque "la coyuntura no puede tapar la obra pública, por ejemplo. No podemos haber parado la Ciudad el 30 de diciembre". La legisladora ibarrista, sin embargo, fue más allá al catalogar como una "barbaridad" las declaraciones del Presidente sobre el mal estado de los edificios escolares. "(Aníbal) Ibarra no tiene de la gente una réplica para que se vaya. Las críticas de Kirchner a los edificios son una barbaridad; el Presidente se está aliando con los alumnos cuando todo el mundo sabe que nosotros hemos hecho una recomposición salarial con los docentes, y además estos edificios son una herencia que recibimos del Gobierno nacional". En alusión al mal estado de las escuelas públicas, el Presidente había lanzado una frase, la semana pasada, que fue leída como una crítica directa al jefe porteño. "El vecino es el que tiene que definir qué es lo que pasa con la Ciudad; esto no es una monarquía", completó Carusso, quien junto con Laura Moressi son las dos únicas legisladoras que tiene Ibarra en la Legislatura porteña. Pero el panorama de Ibarra está aún más complicado. Según informa Cadena3, cuando todavía les queda enfrentar una semana de audiencias públicas y un mes de debate a puertas cerradas para redactar el dictamen correspondiente, los legisladores porteños que integran la comisión investigadora de Cromagnon ya creen contar con elementos suficientes para recomendar el juicio político por mal desempeño de sus funciones del jefe de gobierno de la ciudad, Aníbal Ibarra. La mayoría de los nueve diputados, que desde el 18 de abril último intenta reunir pruebas para establecer las responsabilidades políticas tras el incendio en la disco de Once, considera que, con el dictamen de la comisión en la mano, la Legislatura debe someter a enjuiciamiento a Ibarra por considerar que: - No ejerció correctamente el poder de policía que la Constitución porteña delega en la figura y la persona del jefe de gobierno y que, en cambio, encabezó un sistema de fiscalización y control viciado de ineficiencia e inoperancia, parcialidad y, en el peor de los casos, corrupción, en el que muchos funcionarios actuaban con negligencia. - Pese a existir en el pasado de Buenos Aires las catástrofes de la embajada de Israel, de la AMIA y de LAPA, no dotó a la ciudad de un sistema de atención de emergencias lo suficientemente entrenado y coordinado como para haber asistido mejor a las víctimas del siniestro durante la noche del 30 de diciembre y los días posteriores. Si bien hay acuerdo sobre estos dos grandes núcleos de irregularidades, probablemente aparezcan matices a la hora de volcar los fundamentos en el dictamen que la comisión debe elevar el 19 del mes próximo, situación que puede derivar en la confección de más de un documento. Ante todo, y prácticamente en partes iguales, un grupo pretende recomendar directamente el juicio político a Ibarra y otro prefiere, estratégicamente, recomendar al cuerpo que "adopte las medidas consecuentes con la serie de irregularidades constatadas" en la gestión. Las "medidas consecuentes" serían ni más ni menos que el pedido de juicio político, pero al derivar la decisión la comisión no correría riesgos de ser tildada de opositora y golpista. * Rodríguez Larreta redobló la apuesta "No sé cómo hará Kirchner para despegarse de Ibarra", señaló el número dos del macrismo, a Noticias Urbanas. Remarcó que hace dos años, el Presidente "le pidió a la sociedad porteña que votara por Ibarra y ahora se hace el distraído, con una actitud contradictoria hacia la gente. Además, no existen alianzas o sociedades políticas si éstas no tienen expresión electoral, como sucede en este caso". Y añadió: "Algo parecido pasa con Elisa Carrió, cuyos seguidores integraban el gobierno de Ibarra y renunciaron luego de Cromañón. Eligieron el peor de los caminos, el de la irresponsabilidad y no el de la gestión, el principal problema que tiene este gobierno". "A nosotros nos acusaron de golpistas. Creo que hemos dado sobradas muestras de nuestra vocación de acerca de la continuidad institucional", remarcó, para luego aclarar que "Compromiso para el Cambio no apoya la figura de Aníbal Ibarra, pero sí la institucionalidad". También apuntó que "el déficit de gestión del gobierno de Ibarra es un problema que el macrismo viene denunciando desde la anterior campaña electoral". Finalmente, se refirió al plebiscito convocado por el jefe de Gobierno, al que definió como "una payasada, que se reflejó en la falta de respuesta de la gente". * A continuación, U24 le acerca una nota del diario La Nueva Provincia : Ibarra no desconoce, porque de hecho hombres muy cercanos a su despacho fueron reservados emisarios de la mala nueva en los días que pasaron, que el presidente Kirchner sólo le promete ahora "preservar la institucionalidad" en el distrito. Pero ni un paso más, como podría ser el armado conjunto de listas para octubre, o salir a defenderlo públicamente de los continuos ataques de aquellos familiares o de la oposición macrista, más allá de las palabras contemporizadoras de ayer de Mauricio Macri. Un gesto en el primero de esos casos le concedió ayer el ministro del Interior, Aníbal Fernández, que hace una semana atrás apareció pegado a una repentina andanada de ataques de los familiares, que pidieron su cabeza y que vaya a la cárcel por sus responsabilidades en la causa Cromagnon. No fue casual, o al menos no lo pareció, que esos misiles partieran entonces de las puertas mismas del despacho del titular de la cartera política. Ahora Fernández les dijo a padres y madres de los chicos muertos en el boliche de Once que el gobierno central "no está en condiciones" de impulsar una intervención federal. Y les negó que la Casa Rosada haya estado mezclada en la ola de versiones sobre una probable renuncia anticipada de Ibarra. Una jugada que, vaya paradoja, le venía como anillo al dedo a los estrategas del kirchnerismo puro que quisieran ver a Ibarra fuera de la ciudad antes de los comicios legislativos de octubre. En carpas del kirchnerismo decían ayer que Ibarra está casi obligado a despegar a la Casa Rosada de las operaciones en su contra, porque la promesa al mismo tiempo de una defensa de las instituciones y del normal funcionamiento de los poderes en el distrito porteño "es lo único que le queda", antes de romper lanzas y salir a defenderse como fiera enjaulada. "Si Aníbal reconoce que hay gente de Kirchner detrás de esas maniobras sabe que ya no tendrá retorno y que le harán la vida peor que lo que ya la tiene ahora, por eso está obligado a negarlo", dijo un hombre de Balcarce 50. Sobre el fin de semana anterior trascendió un dato más que contundente sobre ese retiro de apoyo político de Kirchner a Ibarra, que involucró al jefe de Gabinete, y que hasta ahora nadie desmintió: según la especie Alberto Fernández le comunicó a su colega porteño, Raúl Fernández, que el gobierno compromete su accionar en defensa de las instituciones en la Capital, lo que en buen romance significa no alentar una intervención federal. Pero que debía olvidarse del armado de listas en conjunto o de apoyo político explícito desde la Casa Rosada. El ministro del Interior se dedicó ayer durante su habitual audiencia de los lunes con los familiares de las víctimas de Cromagnon a bajarle los decibeles a los reclamos que enarbolan cada vez que se lo cruzan, como parte de aquella estrategia de soltarle la mano a Ibarra pero no empujarlo al precipicio. Dicen que se espantó mal cuando una de las madres presentes le aseguró que planea matar al intendente si se lo encuentra en la calle. En cambio se mostró cauto a la hora de escuchar el clamor del grupo para que el gobierno central ayude a que Ibarra termine preso por sus responsabilidades políticas en la causa. Allí se remitió a esperar un pronunciamiento de la justicia y aseguró absoluta prescindencia del Poder Ejecutivo. Hombres del ala política del gobierno han comenzado a mirar con el ceño fruncido los movimientos ascendentes de los familiares contra Ibarra. Temen que una aceleración de los acontecimientos antes de los comicios de octubre pueda provocar daños irreparables a la nave del plebiscito. Por eso prenden velas para que ningún maremoto se desate antes de octubre. |