Ricardo Diez
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| Enviado lunes, 27 de junio, 2005 - 08:38 am: | |
CLARIN, domingo 26 de junio de 2005 JUAN CARLOS BORDON, EL VIUDO QUE LEVANTO UN COMEDOR POPULAR La olla de la memoria -------------------------------------------------- La vida de Juan Carlos Bordón enhebra una larga serie de desgracias, cuyo último golpe le cayó encima, infausto, el 30 de diciembre pasado. Habitual changarín de República Cromañón, aquella noche les consiguió un trabajito a su señora, Rosa, y a su hijo Raúl. Y se llevó a Solange y Leandro, de 11 y 9 años, para que vieran el recital: sólo Raúl y él salieron vivos. Tiene 47 años y le quedan siete hijos, que esta tarde chapalean junto a él en el barro sobre el que se levanta su humildísima casita. Están preparando mate cocido con leche para repartir entre sus paupérrimos vecinos: hace dos años, su familia creó el comedor "Los Horneritos", que alimenta a unas cien personas. "Con Rosa habíamos hecho una huerta, pero ella quería más. Y con una pila de maderas construimos el comedor", sonríe con orgullo. Después del estrago que la muerte causó en su familia, Juan Carlos todavía ruega al intendente de Florencio Varela que empareje la tierra de su calle y le mande alimentos. Por su lado, el Gobierno bonaerense le envió ladrillos y obreros para levantar el comedor definitivo, cuya obra ya comenzó: cuando lo acaben, será más grande que su propia casa. "Este es el proyecto de Rosa, hay que terminarlo como sea. Porque yo hago todo esto por ella y por mis hijos. Si fuera por mí largo todo...", dice. Y se derrumba. Juan Carlos está escaldado de desilusiones. En 1976 la dictadura lo encarceló durante tres años, sin causa, y lo sometió a un inte rrogatorio liderado por Ramón Camps. Ahora la burocracia le sacó el plan Jefes que recibía: como se le murió media familia tiene que rehacer los papeles. Y a seis meses del incendio, Cromañón todavía no acabó con él. "En el barrio creen que tengo plata; amenazaron con robarme a una de mis hijas y quisieron acuchillar a Raúl", susurra. Y sigue revolviendo la olla frente a los chicos. |